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Carmen Izquierdo ha sido siempre una apasionada de las nuevas tecnologías. Hoy ejerce como profesora voluntaria en aulas de informática para personas sordas. Su pasión por el Ipad o la tableta no le quita tiempo para reunir a sus hijos y nietos y cocinar para ellos.
Leonardo Bermejo se mantiene activo combinando actividades muy diversas, como su pasión por las telecomunicaciones, por la historia del siglo XIX o por el teatro. En todos los casos disfruta con ilusión y nunca se pierde los entrenamientos de fútbol de su nieto.
Rosalia Domínguez vive su jubilación con ilusión. Le ha devuelto la posibilidad de tener tiempo para leer sobre la historia de España y de su ciudad, Madrid, de la que aún hoy ejerce como guía oficial. Cultiva su memoria recopilando historias y disfruta transmitiéndolas.
Fidel García se jubiló como técnico en alta tensión para pasar a concentrarse en escribir poesía, trabajar la tierra y compartir el máximo de momentos con su nieto al que cuida, junto a su mujer. Compartir con él charlas y paseos en bicicleta son su mayor satisfacción.
Ana Úbeda es pura energía. Trabaja como voluntaria en un centro cívico con alegría y dedicación. Recuerda la suerte que ha tenido de poder ayudar a su madre hasta su muerte a los 91 años y descubre su pena por no haber podido abrazar a su padre lo suficiente.
Lucienne Cavallari dejó su Mónaco natal hace sesenta años y ejerce como profesora de francés de manera voluntaria. Ocupa su tiempo paseando, cocinando, haciendo petit point y tocando la flauta en una orquesta de la ciudad. Para ella vivir sola no significa estar sola.
Conchita Salcedo vive atenta a los comentarios de sus hijos y de sus nietos. Ese intercambio generacional le deja tiempo para ejercitar también su cuerpo y su mente. Le apasiona pintar y llevar a cabo trabajos de voluntariado que la llenan de satisfacción.
Mª del Carmen Villaverde tiene parkinson desde hace algunos años pero hace frente a la enfermedad con la adquisición de nuevas destrezas manuales, como la de fabricar agendas. Escribir relatos, leer, coser, dar paseos y la fotografía son sus otras fuentes de satisfacción.
Fernando Montano ha sido profesor y desde su jubilación ha elegido seguir enseñando como voluntario en un museo de la ciencia de Barcelona. Su lema: seguir aprendiendo, seguir sintiendo curiosidad por las cosas y mirar siempre hacia adelante.
Mercedes y José viven con ilusión la aventura de envejecer aportando a este, su segundo matrimonio, los mejores ingredientes de una vida en común: compartir lecturas, paseos, viajes y una alimentación saludable. Ambos practican el arte de crecer en armonía.
Lola ha cumplido ahora su sueño de ir a la Universidad. Para ella, cuando la vida nos castiga, depende de nosotros tomar las riendas y dar un giro vital. Será por eso que hoy ayuda a otras personas a encontrar su rumbo como voluntaria en museos y en prisiones.
Sofía y Vicenta se conocieron ejerciendo de voluntarias hace unos años. Les unen aficiones como la pintura y el teatro. Son muy diferentes pero la edad les ha aportado paz interior, independencia y la certeza de que una amiga te ayuda a no sentirte sola en absoluto.
Cristina Bast enviudó hace dos años y sus amigas la rescataron de la soledad. Sus hijos viven lejos. Los libros la mantienen conectada con el mundo y, a pesar de que su mente sigue fuerte y en forma, sabe que su cuerpo es vulnerable. Ella reinventa su vida cada día.
Carmen Bautista ha dedicado gran parte de su vida a la biología marina. Ha aprendido que de los tropiezos de la vida nace la fuerza para remontar y seguir adelante. Hoy se mantiene activa ejerciendo varios voluntariados sociales, cultivando la memoria y disfrutando del arte.
Septiembre 2013
Pedro Cárceles tardó un año en acostumbrarse a estar jubilado. Pero se reinventó. Empezó a disfrutar del conocimiento de su ciudad y empezó a mirarla y pasearla con ojos de turista. Hoy se ha convertido en una persona permanentemente interesada por las cosas, y en forma.
Carmen Suñer no tiene nietos, pero le encantan los niños y les dedica su tiempo como voluntaria en un hospital infantil de Barcelona. Para ella además no existen las fronteras. Su amor se reparte entre su Aragón natal, la Cataluña en que vive y la Hermandad del Rocío.
Manuel Requena decidió hace unos años ingresar en la misma residencia en la que su mujer pasó los últimos ocho años de su vida afecta de la enfermedad de Alzheimer. Aquí ha aprendido a utilizar el ordenador con el que envía mails a sus hijos y nietos a diario.
Cecilia y Antonio alimentan cada día su amor y una de las formas es a través de la música. La pasión es una forma de vida que se presenta en forma de baile, en un paseo o compartiendo un artículo de astrofísica.
Marta Fernández ha encontrado en la literatura una terapia para olvidar momentos de dolor y desamor. Se recrea en los momentos felices vividos en la infancia y los convierte en relatos. Es soñadora, vital y ha resurgido, como el Ave Fénix, de muchos malos momentos
Esteve Clopés ha superado muchos obstáculos en su vida y ahora, que tiene más tiempo, lo dedica a ayudar a jóvenes que se encuentran privados de libertad. Se trata de construir entre todos una sociedad basada en el respeto y en la educación donde nadie quede excluido.